lunes, 15 de noviembre de 2010

Heaven (will) restores you in life: Crónica de Interpol en Sant Jordi Club



Con la sala de características divinas por sus guiños al Olimpo y a lo Olímpico aún temblando por el abuso que sufrió el jueves en el Eastpak Antidote Tour, volví al Sant Jordi Club para darme cita con Interpol, la Tercera Vía del Post-Punk Revival, y a la vez la única que me ha logrado conquistar y de qué manera, si tenemos en cuenta a The Killers (de quiénes recomiendo sola y exclusivamente su Hot Fuzz, una obra maestra que se quedó ahí, aislada de lo que son ahora) y a Franz Ferdinand como los primeros espada de ése batido de géneros.

Con estos tres grupos me siento como cuando acudo a una fiesta con mis mejores amigos y conocidos para ir a una discoteca. The Killers y Franz Ferdinand me hacen sentir como dentro de esos recintos regentados por la música que triunfa más por insistente, por el objetivo, por hacer la pelota a los que pagan la entrada. Estás dentro de la discoteca y sí, estás con tus colegas, bailas, haces el payaso y te olvidas un poco de todo. Y, sí, te invade esa sensación de que acabe el tema actual para ver si el siguiente te llena un poco más. No puedes coger a tu amigo, o esa persona que te gusta y reforzar tu vínculo con ella debido al volumen y a la naturaleza aeróbica que la gente adopta en la discoteca. Interpol, en cambio, es más cuando coges a quien quieres y le dices de salir fuera a echar un cigarro, hablar de lo vuestro, recordar, echar unas risas donde solo se oigan a ellas mismas. Donde The Killers y Franz Ferdinand es pornografía, pose, diversión caduca, Interpol es ese momento en que me gusta quedarme y dirigirme para alcanzar, aunque sea un poco más cerca, el momento que quiero vivir con esa persona.

Antes de pararme en los neoyorquinos, un aplauso y mención especial a Surfer Blood, los simpáticos teloneros de Florida que, directa e indirectamente, me hicieron recibir con más ánimo y comodidad la noche que me deparaba el Sant Jordi Club. Primero, porque el sonido era inmejorable. Esperaban horas de grandes voces y contrastes con las líneas de bajo, con los punteados de guitarra, los matices de los teclados y el bailoteo de las baquetas. Y el sonido estuvo a la altura. Surfer Blood deleitó (con algo de retraso) durante 45 minutos al personal con un revival más roquero, incluso con breakdowns, con el alma y personalidad de un cantante excelente, con una voz a lo Morrissey evocadora y divertida a la par que profunda. Riffs melódicos y algún que otro ramalazo potente hicieron de su bolo un notable entretenimiento.

Me era imposible no estar atento al público que iba a acudir al evento. Rockabillys, regular people... lo que el jueves te hacía sentir en la Divina Comedia de Dante, ayer domingo te plasmaba El Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.

Mi ilusión por ver a un grupo que los últimos tres años me ha acompañado en todo fue captada por los neoyorquinos no por voluntad (qué pretencioso por mi parte, ja ja), si no por esa morfología etérea que desprenden los Interpol. Humo, luces, saludo y a empezar. Con el grupo del imponente Paul Banks no "aprietas el play", ya les escuchas, ya notas que llegan en ese momento antes de darles paso. Eso les convierte en unos músicos muy cercanos si te dejas conquistar por sus punteados y rasgados de guitarra que imaginas mientras los escuchas como un arcoiris que cruza el cielo cuando disfrutas de sus canciones. Daniel Kessler se tornó en una especie de Tahúr encargado de convertir la otrora fría sala de Montjuïc en un sueño, un recuerdo, unas luces en la oscuridad por desconocido interior humano. Paul Banks conquista desde su estética humilde y, por qué no, atractiva, carismática, con una sonrisa inimaginable, que, como era de esperar, quedan a la altura de su público cuando empieza a cantar. No se puede pasar por alto a Carlos Dengler, bien sustituido pero que deja esa sensación de que algo aportaría ayer seguro de haber seguido en el grupo.

El nuevo trabajo, el cual presentaban, hizo acto de presencia ya en la apertura del bolo con Success. A la postre, el self-named álbum no tuvo obviamente la fuerza de sus mayores hits, pero me parecieron los que mejor plasmaron la atmósfera de Interpol en lo que a directo se refiere. Luces, contrastes (Banks era casi siempre una sombra), humo pero sobretodo por como han dado una sensación de "eco", de universo amplio a su música en su cuarto LP. "Lights", single que acompañó a "Barricade" (que fue una de las triunfadoras de la noche) en la promoción web del disco, resultó el tema más impresionante. El guitarrero oscuro pero desafiante, con ése efecto de viaje hacia el cielo que da entrada a Lights, se fundió con los ritmos enérgicos y elegantes de un Sam Fogarino sublime en su labor de movernos el esqueleto y con un juego de luces espectacular que me sumió en un ensimismamiento que casi hace peligrar esta crónica por el viaje que me supuso.

Interpol se reservó los platos fuertes para el final a pesar de sacar los ases "Obstacle 1" y la melódica "Narc". "Rest My Chemistry" sirvió de interludio con las caricias trascendentales que supone dicha balada para quien haya llorado una vez en su vida para que acompañáramos a Interpol a la discoteca, pero solo a asomarnos, con la simpatiquísima "C'Mere", "Slow Hands" y la brutal, desgarradora, la espiral de sensaciones que supuso "Not Even Jail" para cerrar el primer ciclo antes de los bises.

Por supuesto, no hubo sorpresa y la preciosa "NYC", una canción que da una lección de como usar los silencios dio cita a la mainstream "Evil", que gozó del coro del público en su totalidad. Aunque demasiado obvio, "Evil" es verdaderamente un temazo que deben escuchar todos los amantes del rock. Para mi ha influido mucho.

La propina por inesperada fue una última "The Heinrich Maneuver", que cerró un recuerdo, una vivencia, una noche que perdudará en mi imaginario personal para siempre. Al igual que Interpol ya suena antes de que le des al Play, sigue y sigue dentro tuyo tras escucharlos hasta que vuelves a ver el botón. Felicidades a los neoyorquinos, son geniales y estuvieron a la altura. Tampoco olvidarse del perfecto castellano de Paul, la nota simpática de la noche.
 Toni_Rosa.

Setlist:

1. Success
2. Obstacle 1
3. Length of Love
4. Narc
5. Summer Well
6. Rest My Chemistry
7. C'mere
8. Mammoth
9. Untitled
10. Barricade
11. Take you on a Cruise
12. Lights
13. Slow Hands
14. Memory Serves
15. Not Even Jail

Bises:

16. NYC
17. Evil
18. The Heinrich Maneuver


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