miércoles, 13 de octubre de 2010

Cria cuervos...

Soy el primero en no tratar bien a mis padres. No es que les pegue, les chille, o les tenga comiendo papillas en un asilo. No es el caso. Sin embargo, da lo mismo la edad que tenga que siempre les estoy pidiendo más de lo que me pueden dar. Que me hagan de canguro de mi hijo, que me presten pasta, que me acerquen al mecánico cuando no me tira la moto. Para agradecerles lo mucho que hacen por mi, les suele caer un libro por Navidad. Muchas veces ni eso, les gravo en un DVD cuatro películas o alguna serie que me he bajado del Ares. Lo increíble del caso es que por más que los putee siempre los tengo ahí cuando los necesito. Los padres quieren incondicionalmente a sus hijos. Los hijos...

Esta semana Llongueras (alias el hombre más afónico del mundo) habrá pensado lo de “Cría cuervos y te sacaran los ojos”. El estilista catalán acaba de ser despedido por su hija. Ésta, ni se dignó en hacerlo en persona, sino que le envió un burofax. En el mismo, alega que “las tareas que usted realiza" no son satisfactorias para la empresa y añade que "ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas”. En el documento, acepta que es un despido improcedente y por eso lo indemniza con 7.000 eurazos en concepto de liquidación, saldo, finiquito y nómina.
Esto ha sido posible ya que el empresario catalán cedió en 1987 al constituir su empresa, las acciones a varios familiares (supongo que como tantos otros para pagar menos impuestos). Entre las que ostenta su ex-mujer y sus dos hijos mayores superan el 50% y pueden decidir sin su consentimiento sobre los 120 salones que llevan su apellido.

Mis padres soportan estoicamente mis actos. No se si Llongueras aguantará el tipo igualmente. Animo, de todas maneras...

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