sábado, 26 de marzo de 2011

Niño Sol



Trescientos veinte millones de lágrimas
caían en la noche serena.
El mar enmudecía,
mientras las olas se mecían
al compás de la marea.

La Luna, como Reina del Cielo
observaba desde su cumbre.
Y envuelta entre velos
vestía de luz el algodón de las nubes.

Los pájaros rebeldes, bailaban
al son del Gran Reloj:
Cinco, Seis,Siete,Ocho, Nueve,
Diez, Once, Doce, Una, Dos...

Una estrella altanera, en voz
baja a la Luna preguntó:
Madre ¿por qué aquellas juegan
y sin embargo yo no?

Y su madre, sonriente,
con su luz le contestó:
Hijo mío, tu eres Sol,
tu das y quitas vida,
eres luz y das calor,
tu eres el motor del Mundo
y serás el nuevo Dios.

Yo no quiero (dijo el hijo)
más que correr y brincar,
conocer nuevos caminos
en los que poder caminar.

Yo no quiero ser el dueño
del Mundo ni de la Humanidad.
Soy un crío, y como crío
¡Tengo derecho a jugar!

Hijo mío, comparado
con el hombre y la mujer,
tú serías tan anciano
que los dedos de las manos
no podrías ni mover.

Tú conoces sus costumbres,
sus virtudes y defectos,
se merecen ser tus hijos...
dales un poco de afecto.

Eres quien mejor los conoce,
tu los has visto crecer...
Hijo mío, ya eres mayor,
y como mayor debes hacer
que este cruel mundo del hombre
pueda volver a creer...
senovi.
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