sábado, 18 de diciembre de 2010

El relato de diciembre: Aire

 Son las cinco de la tarde. Un bar atestado de gente, y en el aire, el humo de varios cigarrillos. El día es lluvioso. El local es bastante simple: cinco mesas con tapete blanco para tomar algo separadas con un biombo con otras cinco mesas con tapetes rojos para comer o cenar y en el fondo, cerca de la caja registradora, una barra algo mugrienta con sillas altas sin respaldo. Las paredes están teñidas de un tono gris pastel, decoradas con cuadros marítimos. En la mesa más cercana a la ventana que da a la calle escuchamos una conversación que nos llama la atención.
-Ayer vi una película realmente curiosa.- Los ojos de Francisco brillan como si tramase algo, sus manos nerviosas hacen trocitos una servilleta de papel.- Ejecutivo, Ejecutor.
-No me suena de nada…- Paco suele perderse en sus pensamientos cuando su amigo empieza a hablar de cine…como siempre…- No será una guarrada de esas que te pones cuando estas solo ¿verdad?
-No, hombre, no…es una película de finales de los años ochenta, de Michael Caine. Es fácil de resumir. Un empresario se da cuenta casualmente que matar es más fácil de lo que parece.- Francisco tiene una voz algo chillona, molesta como un dolor de cabeza.- Un día, el personaje que interpreta Caine, mata sin querer a un vagabundo tirándolo al metro durante un forcejeo. Afortunadamente para él, nadie lo ve. A partir de ahí la película se convierte en una espiral de violencia inteligente…
-"Espiral de violencia inteligente", estas frases solo te las escucho decir a ti….- Su tono es algo sarcástico, Paco solo sigue seriales de televisión y programas musicales, todo lo demás lo considera carente de interés.-
-…en la que el protagonista va matando a los que tiene por encima suyo en la empresa y poco a poco va ascendiendo.
-Entiendo, vamos, lo que se suele decir en las pelís "Haz que parezca un accidente".- Paco desvía la mirada para admirar una chica que acaba de entrar, luce un tatuaje en forma de sol en el hombro y un piercing en la ceja derecha.
-Exacto.- Francisco levanta la mano para llamar al camarero. Ayer se acostó tardísimo y se acaba de levantar. Todavía no ha probado bocado…
-¿Y…?- La cara de Paco es toda una estampa, todavía no sabe que dirección esta tomando la conversación.-
-Pues que esto me ha hecho ver lo fácil que sería cargarse a alguien.
-¿Con qué fin?- La cara de Paco empieza a surcarse con arrugas de interrogación.-
-Esa es la pregunta de la película que se resuelve con un: "para poder escalar en la empresa". Pero ese no es mi punto de vista. El fin sería precisamente eso: el poder matar a alguien simplemente porque puedes. Por ejemplo. ¿Ves a esa chica que acaba de entrar?- Con un movimiento de cejas señala la rubia que está frente a la barra a punto de pedir, precisamente la del tatuaje en forma de sol.-

-Es difícil no verla…
-Es joven, guapa, buenas piernas…la típica estudiante americana que correría detrás del asesino en serie en una película de terror. Mala opción.
-¿Mala opción?
-Sí,mala opción.- El tono de Francisco está adquiriendo matices de confidencialidad, empieza a hablar casi a susurros.- Esta buenísima.-
-Eso ya lo se, ¿Y…?
-Que sería muy difícil atacarla sin que nadie se diera cuenta.
-Eso es una tontería. La sigues hasta el parquing de su casa y… ¿No escuchaste el modus operandi del asesino del Putxet?
-Buen planteamiento, pero no, eso no es lo que te quiero decir. Lo que me refiero, que seguro que no me he explicado con claridad es que alguien de esta edad tiene casi seguro padres todavía. Con lo buena que está seguramente tendrá hasta novio. Sería difícil cargársela sin que nadie la echara en falta ¿Entiendes?
-Aja…
-Además, creo que lo que debe ser realmente excitante es matarla delante de todo el mundo sin que parezca que lo estás haciendo…
-Volvemos a lo de "que parezca un accidente"
-Exacto. Cometes un asesinato. Nadie se da cuenta de lo que realmente ha sucedido, ni tan siquiera durante una posible autopsia. Es como si fueses un dios, señalas con el dedo y…uno menos. Por ejemplo: echa un vistazo al fondo, junto a la caja.- En la dirección que miran hay una mujer mayor, rozando la sesentena, vestida con un traje con motivos florales y dos grandes joyas con perlas, una en la pulsera y otra rodeándole el cuello.- ¿Qué me puedes decir de ella?
-Que esta gorda..- Paco empieza a pensar con lentitud, son las cinco y no ha hecho la siesta, como no le vengan a servir se va a quedar sobado. Sin embargo, Francisco está más animado que nunca…
-Sí. ¿Y que más?
-Que tiene un gusto horrible para vestir…que debe tener asma-porque hay un inhalador sobre la mesa.- y que esta…sola
-Sola, exacto. Entonces ¿Tu sabes lo fácil que sería…?.-Francisco hace el gesto de rebanar el pescuezo-
-Chupado.-Paco da un gran bostezo, habla lentamente, arrastrando la lengua…-Te acercas por detrás y como no hay nadie más le rajas la yugular. La mujer empieza a contraerse espasmódicamente intentando detener la hemorragia y…
-Vale, vale… no podrías hacerlo con un cuchillo porque armarías un revuelo con todo el salpicón de sangre pero… imaginate…
En ese momento se les acerca el camarero para tomarles nota. Es un hombre de mediana edad, vestido con tejanos y camisa blanca y luce un pequeño trapo colgando del brazo.
-Un bocadillo de fuet y una cola.
-Para mí una clara y un pincho de tortilla- El camarero marcha hacia la barra.- ¡Que imbécil, ni me ha dirigido la mirada!
-Déjalo, no te enfades, estará pensando en sus cosas. O igual es que te conoce y claro, como debes pasta a media Barcelona…
-Ja, ja…- Francisco se lo mira con cara de asco…Tiene los ojos encendidos y le tiembla la ceja izquierda con un breve tic.
-Bueno, ¿Qué es lo que me tenía que imaginar?
-¡Ah! ¡sí! pues….- Francisco se humedece los labios pasándose lentamente la lengua, cosa que siempre hace cuando está navegando en una buena conversación- Imaginate que me acercase por detrás de la mujer. Le vierto algo en el vaso que la haga toser. Y… ahora lo más interesante. Cuando eche mano al inhalador…voilá…ha desaparecido.
-Pero tendrías tres problemas.-El primero, verter algo en el café que la haga toser, porque como le eches azúcar…bueno, bueno, igual es diabética y también te la cargas…ja, ja
-Muy gracioso…
-Segundo, has de hacer desaparecer el inhalador sin que nadie se de cuenta y está sobre la mesa a la vista de todo el mundo y…
-¿Tercero?
-Tercero, no tienes huevos. Para matar a una persona y además recrearte mirándola –No me imagino una muerte más lenta y sádica que por asfixia.- Hay que tener estómago y ser frío, muy frío…
-¿Qué quieres decir con eso de ser frío?
-Ser paciente, actuar con decisión, tener los nervios absolutamente controlados…
-Yo los tengo
-Venga, va, no digas tonterías… si no te ha mirado el camarero al servirte y casi te levantas para darle una ostia…
-Que si, que si,…todo en esta vida es proponérselo...-Francisco se levanta mientras se mete un salero en el bolsillo ante la mirada atónita de Paco. Se mueve hacia la barra y coge "La Vanguardia". Al volver pasa cerca de la mujer y le pregunta:
-Perdone, es que no he traído las gafas de leer de cerca…- Francisco deja caer "La Vanguardia" sobre la mesa de la mujer. Intuimos que de lo que se trata es de ocultar el hecho de que se quiere llevar el inhalador sin que la mujer se de cuenta.- No sería tan amable de leerme la dirección del cine Lumiere…este que hay aquí…ojalá viese de cerca como de lejos…
-Miopía, ¿verdad?
-Sí, me gusta ir sin gafas para presumir, pero lo cierto es que no soy capaz de leer una simple línea de este periódico…La cara de Francisco es la de un querubín de Miguelángel.- Para Paco, la escena pasa ralentizada, como si lo estuviera soñando… no le vendría mal que llegase ya la cola…
-No se preocupe…vamos a ver…aquí pone….- parece que a la mujer tampoco le irían mal unas buenas gafas… quizás tenga en el bolso una de esas de culo de botella.-…calle Florencia 173
-La calle Florencia… ¿Es aquella de allí? Francisco señala hacia la ventana mientras la mujer sigue la dirección del dedo. Con la otra mano está vertiendo la sal en la tónica de la mujer sin que ésta se de cuenta. Paco, mientras tanto, lo mira entre asombrado y preocupado.
-Sí. Cruzas el Puente de La Concepción y a unos doscientos metros giras a la derecha por la Avenida Del Río y todo recto.
-Gracias, ojalá fuese todo el mundo tan agradable como usted.- La mujer se ruboriza y Francisco se aleja de nuevo hacia la mesa donde estaba sentado antes.
-Pero ¿que has hecho?, le dice Paco con consternación. ¿Es que te has vuelto loco?
-Mira y entenderás…
-Entender el que…
-Que todos tenemos el poder si sabemos como…
La mujer mira hacia Francisco y éste levanta su clara a modo de brindis. Ésta le devuelve el gesto levantando la tónica y ambos beben. En ese momento la mujer escupe de golpe y tose. Una vez, dos, tres, hasta cuatro veces. Gira su mano buscando el inhalador pero no lo encuentra. Se pone nerviosa. Busca en el bolso con desesperación. Le cuesta respirar mucho y de golpe…otro acceso de tos. La gente de las mesas más cercanas empiezan a mirarla con creciente expectación, parece que no hayan visto a nadie toser en su vida…
-El inhalador, mi…- Empieza a toser de nuevo. Los ojos le lagrimean. Ya no busca en el bolso, ahora lo ha esparcido sobre la mesa derramando la tónica. Un llavero, unos clinex usados, un mechero, un bolígrafo, un espejo de mano…pero ni rastro del inhalador. Dos personas se le acercan intentando ayudarla pero no hay forma. Empieza a cambiarle el tono de cara. Sus mejillas empiezan a adquirir un tono liloso.
-Ya basta, le grita Paco. ¿No estas yendo demasiado lejos?
-Todavía no…- Ahora no son solo dos, sino que todo un corrillo rodea a la mujer. Una chica joven le acerca un vaso de agua pero lo rechaza con la mano…
-Mi inhala….- otro acceso de tos. Uno de los primeros hombres mira bajo la mesa, otro corre hacia el teléfono para llamar a una ambulancia. Paco y Francisco se acercan para ver más de cerca el "espectáculo".
-Vale ya, Francisco, la vas a matar…
-No…todavía…
- ¡¡¡¡Vale ya!!!!! Paco lo mira al borde de la histeria. Un viejo vestido con una chaqueta marrón y corbata negra lo mira con cara rara ¡¡¡Para esto!!!
-Esta bien….está bien…- Francisco se acerca por detrás a la mujer mientras grita: sepárense, sepárense, ¿no ven que la están dejando sin aire?- En ese momento desliza el inhalador en el bolsillo de la chaqueta de la mujer que estaba apoyada en el respaldo la silla.- ¿Ha mirado en su bolso?.- Empieza a comprobarlo mientras habla.-… ¿y en la cartera…? y ¿en la chaqueta? De golpe saca el inhalador mientras la gente se lo queda mirando como si fuese Dios quien estuviera en este restaurante realizando un milagro y no Francisco, un simple mozo de almacén. La mujer se lo arrebata de las manos y lo inhala mientras se deja caer en la silla, exhausta.-
-¿Le acerco un poco más de tónica?- Le pregunta el camarero.- ¿Un agua quizás?
-Si por favor.- Todavía le lloran los ojos y los tiene rojos, del color del tapete de su mesa… Si me disculpa…- La mujer se levanta y se dirige hacia los lavabos. La gente empieza a tomar asiento de nuevo, todo el bar es un gran murmullo, ya tienen tema de conversación para los próximos días. En el fondo Paco y Francisco marchan hacia la salida.
-Estas como un puto cencerro.- Le grita Paco.- Eso no ha tenido ninguna gracia.- Francisco le abre la puerta riendo.-
Minutos después la mujer sale de los lavabos y toma asiento. Mira en dirección a la mesa de Francisco y Paco pero ya nadie está ahí. El camarero se acerca con el agua.
-Disculpe, ¿el chico que me ha dado el inhalador ha marchado ya?
-Si señora…
-Que lástima, no le he podido agradecer lo que ha hecho. Bueno, en fin, parecía tan majo, tan buen chico…
-No crea señora, me he fijado en él y se ha pasado la tarde hablando solo…
senovi.
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